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Galería fotográfica

Esta muestra fotográfica se compone de dos secciones. En la primera se describe la temporalidad de uno de los monitoreos de cetáceos realizado por el equipo de ciencia comunitaria de la Fundación R&E Ocean Community Conservation. En la otra se reúne una serie de retratos sobre algunas especies de delfines y ballenas que nadan en las aguas del golfo de Tribugá. Este segundo compilado de fotografías fue logrado, en su mayoría, en el marco de la Expedición Científica Tribugá y Cabo Corrientes 2023. Las imágenes finales son de ballenas jorobadas captadas en las aguas de la isla Gorgona.

Créditos:

Cronología de una expedición|Fotografías de Felipe Gaitán García

Colección de cetáceos | Fotografías de Laura Benítez (Fundación Yubarta) y Pablo Montoya (Playa Morromico).

Cronología de una expedición
Colección de cetáceos
🐋 Los colores de Jurubirá
En medio de la selva húmeda tropical, el río Jurubirá y el océano Pacífico, se erige un poblado lleno de matices. Las casas coloridas de madera resaltan en el seno de ese paisaje. Este es un corregimiento de pescadores que conviven con la biodiversidad inefable del golfo de Tribugá. Un territorio que resiste y, cada vez con más fuerza, apuesta por la conservación en medio de sus complejidades.
🐋 Un día de expedición
A las ocho de la mañana comienza la travesía. El equipo de ciencia comunitaria de Jurubirá, acompañado de la bióloga Jennifer Bachmann, va en búsqueda de cetáceos en toda la extensión del golfo de Tribugá. Su misión: recoger información sobre los delfines y ballenas que nadan allí, y contribuir a cerrar las brechas que impiden la comprensión de estos mamíferos marinos.
🐋 Los sentidos despiertos
Cuando los pescadores científicos de Jurubirá salen a buscar cetáceos, sus sentidos están más alertas que siempre. Observan el mar para advertir un soplo, una aleta que corte el oleaje, un movimiento imprevisto del agua. Yerson, desde la proa, se apresta a avisar a sus compañeros cualquier sospecha de la presencia de delfines o ballenas.
🐋 Un vistazo a la ensenada de Utría
Selva exuberante. Aguas prístinas. Biodiversidad. La ensenada de Utría es una de las expresiones más puras de la naturaleza. Allí, en medio de la cadena de montañas, el Pacífico es tranquilo y sereno. Por eso las ballenas jorobadas encuentran en este territorio, que en su conformación geográfica tiene forma de útero, un lugar idóneo para dar a luz. Para las poblaciones aledañas a los golfos de Tribugá y Cupica, este lugar es una manifestación simbólica de fecundidad y vida.
🐋 De regreso a Jurubirá
Desde el río se llega al corazón de esta comunidad, que está rodeada de agua y vida. Cerca de las dos de la tarde, la expedición había terminado. El primer monitoreo del año permitió observar a aquella numerosa familia de delfines, que nadaba guiando a las crías entre el oleaje. La misión estaba cumplida.
🐋 Sosiego en el río
Al caer la tarde, la marea del río baja y sus aguas se tornan silenciosas y mansas. Los manglares descubren sus raíces y parece que la vida se toma una pausa. Sentarse a ver el paisaje a orillas del río y escuchar la selva. Es el momento favorito del día para Antonio.
🐋 Reflexiones profundas
A esa hora de la tarde, Antonio habla sobre la vida en el territorio y cuenta sus historias, que tienen una carga honda de sensibilidad y reflexión. Jenny aprende y se sumerge en las complejidades de la comunidad. Allí es que se gesta el verdadero diálogo de saberes: mirando a los ojos al otro y escuchando sus relatos. Así se fortalece la comprensión entre los investigadores y los pobladores locales.
🐋 Ocaso en Jurubirá
En este territorio, el Pacífico y la selva tropical parecen hablarse. La jungla murmulla y el mar grita con estruendo. Es una región en la que los ecos naturales expresan por sí mismos su fuerza y belleza. El atardecer completa este paisaje prístino y es entonces cuando los sonidos de la noche empiezan a emerger desde lo profundo de la jungla.
🐋 Vientre pecoso
Este delfín moteado pantropical parece a gusto con la presencia del bote de la Expedición Científica Tribugá y Cabo Corrientes 2023, y deja ver sus tonalidades y movimientos en la superficie. En la parte inferior de su cuerpo hidrodinámico resaltan las manchas, que le dan nombre a su especie. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta). Cortesía de las fundaciones Yubarta y Macuáticos Colombia.
🐋 Paseo por la costa
En el golfo de Tribugá, las familias de delfines moteados pantropicales suelen avistarse en aguas cercanas a las playas. Este grupo nadaba a gran velocidad y, por sus movimientos frenéticos en la superficie, las investigadoras sospechan que iban tras algún cardumen de sardinas u otro tipo de presa. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta). Cortesía de las fundaciones Yubarta y Macuáticos Colombia.
🐋 Dos especies en un mismo cuadro
Una de las anécdotas científicas de las investigadoras que hicieron parte de la Expedición Tribugá y Cabo Corrientes fue haber presenciado el encuentro muy cercano entre un clan de cachalotes y un grupo de delfines nariz de botella. A la izquierda se alcanza ver la aleta dorsal baja del gigante, que está a pocos metros del cetáceo más pequeño. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta). Cortesía de las fundaciones Yubarta y Macuáticos Colombia.
🐋 Nadando junto al barco
Estos delfines tornillo no se intimidan con el tamaño del ARC Providencia y, en cambio, se aprestan para una competencia de acrobacias y velocidad. Las olas que genera el navío son sus propulsores para demostrar su agilidad. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta). Cortesía de las fundaciones Yubarta y Macuáticos Colombia.
🐋 Aleta y adiós
Por lo general, cuando un cachalote, u otro cetáceo de gran tamaño, exhibe su aleta caudal, es señal de que se sumergirá en lo profundo y tardará en volver a la superficie para tomar un respiro. Este cachalote parece decir adiós con su cola a las investigadoras de mamíferos marinos de la Expedición Científica Tribugá y Cabo Corrientes. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta). Cortesía de las fundaciones Yubarta y Macuáticos Colombia.
🐋 Espiar a lo lejos
Desde la cubierta del ARC Providencia, las investigadoras observan a la distancia a esta manada de delfines comunes. Estos cetáceos son viajeros incansables y, por lo menos en las aguas del golfo de Tribugá, se avistan con frecuencia en zonas muy profundas. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta). Cortesía de las fundaciones Yubarta y Macuáticos Colombia.
🐋 Un parche blanco que se asoma
Se necesita fortuna para encontrarse a las orcas en el golfo de Tribugá. Si bien diversos investigadores sostienen que su presencia en estas aguas es más usual de lo que se cree, los avistamientos son esporádicos. Pese a ello, cada vez hay más registros y evidencia de que custodian las profundidades del Pacífico colombiano. La orca de esta imagen es un macho solitario que fue avistado en 2022, cerca de Morromico (Nuquí). El retrato es del fotógrafo Pablo Montoya.
🐋 La cola de la yubarta
A diferencia del cachalote, los bordes de la aleta caudal de las ballenas jorobadas tienen bordes dentados, lo cual es un rasgo morfológico característico de esta especie. Tanto en el golfo de Tribugá como en Gorgona, dichos gigantes suelen nadar muy cerca de las costas. Este impresionante registro fotográfico fue tomado en la Isla Ciencia por el equipo de investigadores de la Fundación Yubarta. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta).
🐋 Los ojos del ballenato
Esta cría de jorobada exhibe su cabeza en aguas someras de la Isla Gorgona. La imagen permite apreciar de manera extraordinaria el detalle de la expresión de sus ojos y su boca entreabierta. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta).
🐋 Pliegues de las jorobadas
En la parte inferior de su cabeza, las jorobadas tienen los pliegues gulares. Son esos surcos entre blancos y negros que bordean la garganta. Al alimentarse, la boca se expande y los surcos se tornan color rosa porque la sangre se irriga en esta parte de su cuerpo. Así, la ballena puede filtrar con sus barbas miles de diminutos organismos llamados krill. Fotografía de Laura Benítez (Fundación Yubarta).

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